martes, 25 de noviembre de 2008

La postura ideal para una figura perfecta

Adoptar una buena postura es clave para verte más atractiva, más esbelta y también, más joven, ya que mantener una postura correcta te proporcionará bienestar y a la vez soltura y elegancia, sin olvidar que podrás evitar y mejorar dolores de espalda o cervicales.

El espejo es tu aliado

Comienza con examinar tu postura delante de un espejo poniéndote de pie y adoptando la postura en la que te sientas más cómoda. Entonces deberás prestar atención a diversos puntos de tu cuerpo para corregir los posibles fallos, toma nota:

Cabeza y cuello

Bien: Barbilla ligeramente elevada levantando la cabeza y manteniendo el cuello erguido. Se consigue estirar y relajar la espalda además de que mostrarás seguridad en ti misma.
Mal: Barbilla baja con la cabeza caída y cuello encorvado. Provocará tensión y dolor de cabeza y cuello.

Hombros y zona superior de la espalda

Bien: Hombros ligeramente echados hacia atrás y no encogidos, sin rigidez. De esa forma se endereza la columna y tórax. Brazos relajados.
Mal: Hombros encogidos y echados hacia delante. Provoca que los músculos pectorales pierdan tonicidad y aumenten las molestias en los omóplatos.

Espalda y vientre

Bien: Pelvis algo adelantada tensando ligeramente los músculos abdominales. Conseguirás alargar y estrechar cintura evitando el encorvamiento de la espalda.
Mal: Sacar vientre y a consecuencia arqueo de la espalda.

Nalgas

Bien: Glúteos contraídos y peso trasladado hacia delante hasta sentir el centro de gravedad sobre el eje del cuerpo.
Mal: Sacar glúteos. Solo se consigue sobrecargar los lumbares y provocar molestias, dolores de espalda.

Extremidades inferiores

Bien: Rodillas relajadas y pies paralelos y separados un palmo. Se consigue estirar perfectamente la columna vertebral evitando tensión.
Mal: Rodillas tensas y pies muy juntos o descansando el peso del cuerpo sobre una pierna. Puntas de los pies giradas hacia fuera o hacia dentro, aseguras una sobrecarga en la parte inferior de la espalda.

Puesta en práctica

Con el fin de acostumbrarte y adoptar una postura correcta sin esfuerzo deberás contemplar tu figura frente al espejo y corregir los fallos teniendo en cuenta los puntos anteriores.
Localizados los fallos y remediados, permanece en esa postura correcta durante unos pocos segundos, después relaja para tensar de nuevo y mantenerte erguida y en la postura correcta nuevamente.
Repite la secuencia varias veces al día y paulatinamente sin darte cuenta acabarás adoptando una postura correcta de forma automática sin realizar esfuerzo alguno.

Fuente: mujerdeelite.com

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